UNA TENDENCIA TAN INEVITABLE Y RENTABLE COMO LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Es muy probable que, si es usted empresario, de un tiempo a esta parte le estén bombardeando con mensajes que hablan sobre Responsabilidad penal de la Persona Jurídica, Compliance, Governance y otros muchos términos en inglés que no acabe de comprender, y que probablemente tampoco le explicarán bien.
Andamos todos intentando levantar nuestras empresas, buscando como llegar a buen puerto capeando una profunda crisis y de pronto se nos descuelgan con una andanada de nuevas obligaciones que nos convierten en policías de nuestros trabajadores, colaboradores e incluso de nosotros mismos, y nos preguntamos: ¿Es que alguien se ha vuelto loco?, ¿por qué tengo yo que soportar todo esto?
Permítame que le responda: porque es inevitable, y porque además es verdaderamente rentable.
TAN INEVITABLE
En efecto, en los años ochenta las nuevas tecnologías asomaban por una esquina de la actualidad como algo exótico y futurista, propio de snobs, difícilmente adaptable a nuestra vida diaria, absolutamente innecesario para llevar un negocio. Muy pocos eran capaces de vislumbrar que – tan sólo dos décadas después- habrían cambiado profundamente nuestros hábitos de vida y consumo, así como la forma de comprender y gestionar el comercio y las empresas, llevando a quienes no se adaptaron a la desaparición, como viejos dinosaurios.
El COMPLIANCE es también una tendencia inevitable, que desde los organismos internacionales y las autoridades supranacionales desciende hasta los Estados y de ahí al empresariado, para decirnos: “no podemos seguir gestionando nuestras empresas sin dotarlas de unos valores y esforzarnos nosotros mismos porque se respeten y cumplan”.
Propuestas como Global Compact de las Naciones Unidas o la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas marcan una dirección hacia la que tenderemos inevitablemente, y que produce como resultado reformas legales que exigen Buen Gobierno Corporativo y Responsabilidad Social a les empresas.
Y esto es, precisamente, el COMPLIANCE: cumplir las normas que nos han impuesto y los valores que nos hemos dado y hemos comunicado a los demás. Es el esfuerzo global por una nueva economía basada en conceptos más éticos, una lucha que está todavía muy lejos de ser ganada, pero que la crisis mundial del año 2008 y sus funestas consecuencias ha colocado en el primer plano de la actualidad.
El COMPLIANCE en su vertiente represiva (la responsabilidad penal de la persona jurídica) intenta principalmente poner freno a la impunidad de las grandes multinacionales y corporaciones, auténticos “estados transnacionales” amparados por la extraterritorialidad y su gigantismo, pero también en un sustrato inferior del tejido empresarial, que la voluntad social debe respetar las reglas, y que si no se hace así se incurre en responsabilidades.
El COMPLIANCE, desde una visión más constructiva, fomenta un mercado global y unos consumidores públicos y privados que orienten sus hábitos de compra hacia las empresas con comportamientos éticos, y eso es precisamente lo que convierte al COMPLIANCE en una tendencia inevitable: cuando las calles, los mercados, los votantes exigen comportamientos mas éticos es difícil no postular tu empresa en ese sentido, y cuando te alineas así, te ves obligado a cumplir lo que dices. Y buena prueba de ello es que si algo preocupa a las empresas son los daños reputacionales que les pueden ocasionar ciertas decisiones que afectan gravemente a las decisiones de consumo de sus potenciales clientes, o a las decisiones de sus inversionistas.
TAN RENTABLE
¿Podemos remar contra el viento? ¿Cómo vamos a decir que no tenemos unos valores y que nos esforzamos por cumplirlos? Nuestros consumidores, nuestros clientes, nuestros inversores nuestros colaboradores esperarán de nosotros esa actitud que les ayudará a proyectar hacia nosotros sus compras o inversiones.
Implementar una política de Governance se ha demostrado rentable en todos los ámbitos en que se han efectuado estudios comparativos, y nos ofrece una serie de ventajas estratégicas nada desdeñables:
- Mejora la imagen empresarial, favoreciendo nuevos acuerdos de negocio.
- Establece reglas y hábitos para resolver conflictos
- Cohesionamos valores con empresas de otros entornos y territorios favoreciendo el intercambio
- Permite mejores cálculos estratégicos al incentivar la selección de mejores trabajadores, asociados y proveedores.
- Evita prácticas corruptas y nocivas, y sus consecuentes litigios
- Genera costos de transacción muy inferiores
- Mejora la eficiencia
Hace tres décadas, los más adelantados comprendieron que apostar por las nuevas tecnologías era una decisión rentable, y no se equivocaron. Ahora, podemos asegurarle que el COMPLIANCE le coloca en un encrucijada muy parecida y la corriente le llevará en un sentido u otro en función del rumbo que sepa dar a su proyecto.