Siempre he pensado que todos los despachos tienen un alma que da sentido a nuestros proyectos. Creo también que los despachos tienen un cuerpo encargado de llevar el proyecto adonde se propone.
Este cuerpo es nuestro equipo.
En los últimos años, las redes sociales se han convertido en una fuente inagotable de formación e información útil, principalmente en cuestiones de marketing, abogacía virtual y web 2.0.
Sin embargo, creo que se habla proporcionalmente poco de la selección y el liderazgo del equipo profesional, cuando es probablemente el activo más importante y decisivo que tenemos que gestionar como socios o titulares de un despacho.
Éste no es un artículo doctrinal, ni pretende dar la fórmula infalible para gestionar equipos jurídicos, tan sólo me gustaría contarte nuestra experiencia y el modelo que aplicamos, con el ánimo de mover a la reflexión sobre un aspecto tan importante para la viabilidad del despacho.
Hace tiempo alguien me dijo que para ser un líder hace falta tener seguidores.
Esta afirmación, que parece una boutade, esconde un sabio consejo: selecciona bien a tu equipo; jóvenes o veteranos, asegúrate que sean capaces de descubrir y conectar con el alma de tu despacho, porque contar con profesionales predispuestos a compartir tus ideas te ahorrará mucha energía en el día a día de la gestión del equipo.
Define tus necesidades y describe con detalle el puesto a cubrir, imaginándote al profesional idóneo para cubrirlo, y sal en su busca, con convicción, consciente que aquellos que escojas serán la base y el fundamento de todo lo que pretendas hacer en adelante.
Pero no podemos detenernos en una buena elección. La palabra clave siempre será MOTIVACION: Debemos conseguir que todos los miembros de nuestro equipo se impliquen y acepten participar activamente no sólo en las tareas profesionales, sino mas allá, hasta llegar a la gestión emocional del proyecto.
Creo que la motivación se fundamenta en dos grandes pilares: el liderazgo y el plan de carrera del equipo. El método que utilicemos para combinar estos dos factores debe ser acorde con nuestra forma de ser y con el espíritu del proyecto si queremos que «enganche» verdaderamente a los integrantes del despacho.
A través del liderazgo nosotros influimos en las actitudes y respuestas de nuestro equipo enfocándolas hacia la consecución de los objetivos que nos hemos marcado; por ello es muy importante que encontremos el estilo de liderazgo mas adecuado a nuestra personalidad, con el fin de transmitir en todo momento la autenticidad necesaria para resultar creíbles frente al equipo.
Las mejores herramientas para gestionar y liderar un equipo de profesionales las he encontrado en los postulados de la inteligencia emocional, a través de los procesos de coaching que estos últimos años hemos ido desarrollando con Meritxell Obiols (www.coachingbcn.com) y en las sesiones formativas que regularmente ha impartido en nuestro despacho.
El liderazgo de equipos basado en la inteligencia emocional se basa en la constatación que la gran mayoría de lideres de éxito no destacan tanto por sus capacidades técnicas o académicas como por sus capacidades emocionales y que la mejor vía para liderar equipos es desarrollar las cuatro competencias fundamentales de nuestra inteligencia emocional.
Las capacidades de autoconciencia y autogestión nos ayudan a comprender y optimizar nuestro comportamiento en un entorno laboral, a la vez que trabajando las capacidades de conciencia social y gestión de las relaciones seremos capaces de aplicar los diferentes estilos de liderazgo, atendiendo en cada momento a las circunstancias y el perfil de las personas que forman el equipo.
Por supuesto, existen otras metodologías, pero la inteligencia emocional me parece la mas adecuada cuando hablamos de equipos profesionales y de abogados.
A través del plan de carrera favoreceremos la automotivación de los integrantes del equipo, para que sean ellos mismos quienes actúen en busca de la consecución de los objetivos que nos hemos marcado.
En nuestro despacho trabajamos en el plan de carrera de nuestro equipo atendiendo a cuatro grandes objetivos:
- Establecer una definición clara del puesto de trabajo, funciones y responsabilidades.
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Ofrecer un proceso de promoción profesional transparente, que les permita conocer qué esperamos de ellos y qué pueden esperar ellos de nosotros.
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Diseñar un plan de formación integral que procure conciliar las necesidades del puesto de trabajo con los intereses del profesional que lo ocupa.
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Una programa de conciliación de la vida familiar y profesional que priorice la calidad e intensidad frente a la cantidad de horas trabajadas.
Y es muy recomendable completar el plan de carrera con procesos de coaching individuales y de equipo en los momentos más adecuados, que ayuden al profesional en su crecimiento y al equipo en su proceso de cohesión.
Tal y como he titulado este post, no olvides que lo mas importante que tienes entre manos es tu equipo, porque tu proyecto depende de contar con profesionales motivados y comprometidos que lo lleven a buen puerto.